No lo sé, para qué
mentirles, más aún, ni siquiera
sé si realmente no existe, incluso, espero que sí
exista en verdad
¿pero cómo saberlo? tampoco tengo la respuesta
para esa pregunta, nunca
se tienen las respuestas de las preguntas que realmente importan, a no
ser que respondamos con un "42"... Aunque, realmente, lo que importa no
es la respuesta, es la pregunta en sí misma, todo lo que
esta esconde,
el significado de su propia formulación.
Vaya tontería, creo que hoy
comenzaré tirándole piedras a mi propio
tejado. ¿Y por qué no? Es gratis al menos,
sé que lo que haga
repercutirá sólo en mí, controlo, por
una vez, una situación
violenta... Pero me salgo del tema.
Me gustaría hablarte, pero realmente no
puedo, me gustaría verte, pero
no lo consigo. Simplemente esperaré, como siempre, a que el
tiempo
realice su trabajo, lo que mejor sabe hacer, tú lo sabes...
¿Para qué
decir más?
En realidad, hablar, escribir, es un verdadero
peligro, como lo es esta
entrada, el para qué es importante, usualmente mucho
más que el "por
qué", nos gusta saber la razón sin precisar si es
la causa o el efecto,
el "para qué" es más directo en ese sentido,
busca no el origen sino el
fin, ¿y qué es más importante que el
fin? Pues el comienzo, eso está
claro, pero comenzar por las puras no tiene sentido, no es, siquiera,
entretenido.
Sigo diciendo más y más
tonterías, cavando mi propia tumba, qué final
tan feliz por el comienzo tan infeliz... pero ¿por
qué es un final
feliz? Porque, simplemente, estoy pensando lo que escribo, o
escribiendo lo que pienso, que no es lo mismo, aunque para ustedes de
completamente igual.
Sin más, las cosas han continuado, sin
querer queriendo, por un rumbo
poco deseado, apático desde el comienzo hasta casi el final,
donde la
emoción del mañana se concentraba en los
espíritus de lo que no
existen, así que a tí te escribo esta carta,
sabiendo que el título es
errado, porque sé que existes, aunque tú no debas
conocer de la
existencia de algunas ideas tan claras que podrían hacer
perder el
brillo a lo que aún no existe, pero, como todo,
existirá.
Sin sentido. No cabe duda.