Esto no puede seguir así,
como siempre, condeno de plano cualquier tipo de violencia, pero,
en ciertas situaciones, más bien hay que mirar a un lado
y trabajar para construir si se quiere llegar a algún lado.
En este caso me refiero a las sanciones
impuestas a los manifestantes de la Universidad
Nacional de Ingeniería (la UNI), las huelgas de estudiantes
y demás manifestaciones se desarrollaron durante cinco meses,
en perjuicio de todos, tanto alumnos como profesores, y al final,
toda la cultura (ya que la UNI es una de las mejores universidades
del Perú), no hay nada más legítimo (bueno,
sí que lo hay) que pedir una Universidad digna, pública,
que permita a quien quiera (y no sólo a quien económicamente
pueda) estudiar, porque, mediante la educación, se construirá
un lugar mejor para todos... Las sanciones por los actos violentos
no las voy a discutir, no en sí mismas, en otras palabras,
quien comete actos violentos debe ser sancionado, siempre teniendo
en cuenta las circunstancias del caso y la proporcionalidad entre
los hechos y las sanciones, y hay que recordar que muchos de ellos
ya pasaron algunas semanillas por la cárcel al ser aprehendidos
durante las brutales intervenciones de la policía.
Tal vez sanciones menores (un semestre
fuera, que ya es bastante, pero bueno... así se ha sancionado
a diez de los manifestantes) pueden ser proporcionadas según
que actos, pero no, lo que se busca, simplemente, es eliminar a
los “revoltosos” que han montado el chiringuito, no
buscan las causas del problema para modificar en algo la situación
que se vive en esa universidad, al menos estudiar qué se
puede hacer o por qué los alumnos están tan disgustados
que pueden posponer su futuro un semestre entero para luchar por
algo que creen completamente justo.
Pero NO, eso no harán ni hacen,
incluso son tan ilusos que separando a los “cabecillas”
creen que se desanimará al resto de estudiantes a reclamar
sus derechos, es una medida bastante inútil, represiva, y
que, esperemos que no, puede ser causa de otras protestas. ¿no
se dan cuenta que no son mas que los portavoces de una queja generalizada?
Así pierden prestigio (ellos, los de la universidad), ganan
enemigos (a sus propios estudiantes) y se quedan sin alumnos (la
fuga de alumnos –entre los que se lo podían permitir-
a otras universidades ha sido importante).
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