“Todo trabajo es digno”
En frío, sin pensar nada más, sin entrar en ningún
tipo de consideraciones, seguramente respondería afirmativamente,
sin dudarlo, a fin de cuentas, toda forma de ganarse la vida es
digna, o mejor dicho, es tan buena o mala como cualquier otra, es
un trabajo que permite que vivas y eso no es poco, todo esto, en
principio...
Pero hay trabajos y trabajos, no quiero decir que
tal o cual ocupación sea, de por sí y en abstracto
“no digna”, sino que las condiciones de un trabajo (que
son, a fin de cuentas, quienes definen una ocupación) sí
son indignas o indignantes, así pues, el trabajo por sí
mismo, en abstracto ni es digno ni deja de serlo, es una actividad,
no tiene entidad propia como para definirlo como “digno”
o no, a fin de cuentas, una cosa no puede ser digna o indigna, en
todo caso, se tiene que ver la trascendencia y el uso que le da
las personas para saber si mantiene la dignidad de las personas
o va contra las mismas, así que se tiene que analizar cada
actividad desarrollada por cada persona desde las consideraciones
y expectativas individuales junto con las permitidas y mutuamente
aceptadas por parte del resto de individuos para saber si una actividad
es dignificante o no.
Así pues, tenemos que analizar cuales serían
las condiciones ideales para que una ocupación-trabajo sea
digna, o mejor, que dichas condiciones contribuyan en la dignificación
del trabajo como complemento y ayuda al desarrollo de la persona
a lo largo de su vida.
¿Esto que significa? Que el trabajo, como
actividad humana necesaria para el sostenimiento de todo el colectivo
tiene que necesariamente contribuir al desarrollo de las personas
que deben o quieran llevarlo a cabo, así pues, tiene que
ser una parte de la vida y no una carga de la misma, para esto,
el trabajo no puede ser puramente físico ni puramente intelectual,
la medida o el equilibrio entre estas dos características
dependerán de las necesidades de la persona, de su vocación,
y claro, del contenido mismo de la actividad a desarrollar (las
que no puedan equilibrase se le debiera reducir su carga con una
mayor distribución del mismo trabajo en un mayor número
de personas dispuestas a asumir dicha media-carga).
El trabajo ideal debe ser el deseado por la persona,
no el asumido por una situación de necesidad, debe ser, sobre
todo, un aliciente para el desarrollo de la personalidad, que permita
una paz interior y exterior, el horario, aunque no totalmente, debe
adecuarse a las necesidades individuales, al deseo del tiempo de
ocio y a que pueda dejar margen al cumplimiento de otras responsabilidades
(que en la mayoría de los casos, seguramente sean prioritarias
a los trabajos).
Las condiciones de seguridad en el trabajo son
indispensables ¿cómo pretenderíamos que sea
dignificante si la persona podría morir en el intento de
cumplir con su trabajo? Aunque esto suene a perogrullada, cada vez
vemos como la seguridad laboral es una carga para las empresas de
nuestro actual modelo económico, que ni cumplen ni hacen
cumplir la escasa normativa sobre seguridad laboral...
Sobre las condiciones económicas del trabajo
poco tendría que decir, en un modelo económico que
respetase las condiciones dadas seguramente tendría o reguladas
las formas para que todos obtengan lo que necesita por medio de
las retribuciones laborales o formas subsidiarias de cubrir con
las necesidades de los trabajadores-ciudadanos de tal forma que
la retribución económica del trabajo o sea siempre
suficiente o sea simplemente innecesaria, de todas formas, ya que
no estamos en ese modelo, habría que decir que las condiciones
económicas no deben ser las que determinen la elección
de un trabajo u otro, pero que estas, en todo caso, deben permitir
vivir con sosiego, que una persona no deba preocuparse por la economía
de su hogar y pueda dedicarse a otros menesteres más interesantes
para sí mismo.
El entorno y demás condiciones del trabajo
serán afectadas por las anteriores, siendo, en su caso, tan
óptimas como lo permitan el actuar de las personas que integren
dichos microcosmos laborales...
El análisis de la actualidad de los trabajos
corresponderá a un posterior escrito, porque sería
llenar de paja este, y, tal vez, sería mejor hacer una comparación
entre lo que dice la norma y cómo está la realidad,
para ver cómo el querer ser suele estar muy pero que muy
lejos del ser.
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